ABRAZANDO EL EGO

Un día caminaba por la calle de Usaquén, saliendo de hacienda santa bárbara, iba escuchando música y de pronto vi un hombre mayor pidiendo monedas – él me vio, yo lo vi, fue amor a primera vista, jajajajaj – al verlo sentí unas ganas profundas de darle un abrazo, no sabía porqué sentía eso, muchos pensamientos se cruzaron en mi cabeza ese instante, será que lo abrazo, será que no, que pensarán los que están a mi lado, si lo abrazo me quitará algo.

Como de costumbre comencé a cuestionarme el porqué de esa situación, ese deseo tan inesperado y fuerte, así fue este el primer pensamiento que arrojó mi “loco EGO”: creo que esa persona necesita un abrazo; el mundo necesita más abrazos me dije, más amor, tal vez esa persona esta triste y necesitada, de pronto no tiene familia, etc., ya ves por donde se fue mi mente.

¿Tú lo abrazarías?

¿Qué crees que pasó, lo abracé o no? Te lo cuento ahorita.

Reflexionando sobre todo esto, la situación, el deseo y mis pensamientos, me cuestioné:

Que me hace creer que esa persona está necesitada, qué tengo yo en mis ojos que me permito ver la carencia o la pobreza en otros, adicional a esto, que me hizo pensar que lo que él necesitaba era un abrazo MIO.  

Llego entonces a mi cabeza la palabra EGO, porque detrás de todo el razonamiento, la perspectiva se centraba en ver la necesidad que tenia la otra persona y además que era YO el que podía de una u otra forma aliviar esa necesidad.

Ahora bien, pensamos con frecuencia que el EGO es malo o que el EGO es lo que nos lleva a estar en determinadas circunstancias, pero al percibirlo desde la esencia, el EGO no es ni bueno ni malo, como todo, hace parte de una experiencia y simplemente ES. Por tanto, el pensar que una persona tiene “su ego” inflado o que tiene un ego el HP – como lo he escuchado en repetidas ocasiones – es de cierta manera muy alejado de la verdad, esa es una atribución que refuerza la idea de su existencia con cualidades que lo hacen determinar el comportamiento de una persona y nos aleja de la esencia tanto nuestra como de la persona en la que lo vemos.

Quiero hacerte unas preguntas y ya verás tu si las quieres responder, ¿Cuál es tu EGO? ¿De donde viene ese EGO o cómo se formó en tí?

Cuando podemos entendernos desde una esfera más amplia y observarnos claramente en la esencia, es fácil aceptar el propio EGO en vez de reprimirlo o querer cambiarlo y es fácil aceptar la idea del EGO en los demás en vez de juzgarlo.

Bueno para irme te cuento el final, seguí caminando, no tuve las agallas de darle ese abrazarlo y después de varios días me di cuenta que ese día el que necesitaba ese abrazo no era él…

ERA YO.

EL EGO NOS HACE EXIGIR AFUERA LO QUE NOS FALTA ADENTRO.

¡CONÓCETE!

Con amor y aprecio profundos.

E. Santiago Viñez M.

Autoconocimiento y Desarrollo personal

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